¿Qué hacer con los momentos coyunturales del cambio social?
- Juan Miguel García Montoya
- 20 nov 2019
- 4 Min. de lectura
Analizar las oleadas de protesta social que se han venido desencadenando en todo el globo terráqueo, implica tener una mirada en varios niveles. Tanto el descontento dentro de una sociedad como las contradicciones del sistema imperante, son factores decisivos que provocan el movimiento de la rueda de la historia. En este sentido, entender las causas y el desarrollo de las protestas en Chile que han tenido lugar en los últimos días permite encontrar similitudes con otros casos, así como sentar una posición frente al panorama que nos responsabiliza actualmente como colombianos.

Fuente: BBC, 2019.
Las protestas ocurridas en Chile no ha sido un episodio espontáneo, da cuenta de un proceso que corresponde a la continuación de un sistema económico y político profundamente desigual mantenido durante décadas y que hasta ahora explotó socialmente. De acuerdo con la periodista Sofía Aravena (2019), la CEPAL, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, afirma que en Chile el 1% de la población acumula el 26% de la riqueza, el 70% de la población gana menos del salario mínimo y es el único país del mundo donde el agua está privatizada; esto da a entender que, el alza en el precio del metro no fue más que la gota que derramó el vaso y derivó en el levantamiento de las multitudes chilenas al tocar un punto tan neurálgico en el diario vivir.
Asimismo, la clase política en Chile se ha caracterizado por ser oligárquica y estar desconectada del grueso popular que dice representar, esto se ve materializado no solo por la represión con que ha respondido el gobierno a las protestas, sino también por la diversidad de personas que han salido a manifestarse, de todas las edades y clases sociales. Hay variedad de intereses y por ende diferentes reclamaciones, algunas desde la ampliación democrática por vía constitucional, hasta formas abstractas de violencia que terminan en desmanes y enfrentamientos con la fuerza pública. En otras palabras, esta oleada de protestas no tienen necesariamente un objetivo común y este es un punto crucial que se tendrá que aclarar colectivamente si estos movimientos sociales, quieren tener éxito.
Otro elemento relevante para comprender el alzamiento de la multitud chilena, corresponde a un factor subjetivo y simbólico, puesto que la población se nota convocada cuando se trata de exigir mejoras acerca de: los servicios públicos, la capacidad adquisitiva, la educación, las pensiones, los impuestos progresivos, la nacionalización de los recursos naturales, entre otros asuntos. Esto demuestra que las contradicciones germinadas en la cuna del neoliberalismo nunca han sido atendidas a fondo, sino que por el contrario, se les ha dejado acumular y profundizar en forma de desigualdad concentrada. Piñera al igual que sus antecesores han alimentado la desigualdad en el país, por lo tanto no es ahora cediendo el poder que se solucionaría una situación que es estructural. Esto es lo que ha entendido el pueblo chileno y tendrá que demostrarlo en las próximas decisiones políticas, conforme a la pluralidad de modelos alternativos que puedan surgir en la coyuntura actual.
La ironía del modelo chileno tiene correspondencia a nivel internacional, pues no es sólo Chile que está presentando transformaciones sociopolíticas, pero allí esto no se pudo sostener más. Como consecuencia, se suspendió la conferencia internacional sobre la mujer a realizar por la CEPAL, así ONU Mujeres el pasado 29 de Octubre y también y, a un mes de la cita, la conferencia del clima COP-25. Estos dos eventos de talla internacional suponían al idílico registro del crecimiento macroeconómico del país suramericano que durante años fue visto como un modelo en la región, como uno de los primeros en estándares de rendimiento.

¿Cuál es el papel de las redes sociales en estas oleadas?
Más que comunicar el hilo de los acontecimientos, la difusión plural de la información permite también la comunicación de opiniones y sentimientos frente a situaciones ajenas que se hacen propias en cada contexto. Así, aunque el estallido social en otros países no sea producto de las mismas causas, contribuye a la formación de una opinión pública aglomerada en torno a la importancia de los cambios sociales.
Hay que tener en cuenta en este punto el flujo que posibilita la mass media, tanto a favor como en contra de las reclamaciones por dichos cambios y reflexionar sobre el uso y la postura política personal que se forman los sujetos contemporáneos en un entramado de comunicaciones caracterizadas más por la desinformación que por la certeza.
En este sentido, se vuelve una responsabilidadcomún hacer parte de la renovación política y social, la cual también se va sintiendo cada vez más presente en nuestro país, aportando en diferentes ámbitos. Por ejemplo, poco a poco los colombianos, han comenzado a cuestionar las ya gastadas falacias del uribismo y se van dando la oportunidad de pensar y apoyar proyectos políticos alternativos. En los dos últimos años, del actual gobierno, se observa cómo se ha acelerado este cambio de percepción y el presidente incluso, ha puesto en su contra hasta a los más fieles seguidores de su corriente política. Esto se vio materialmente reflejado en las pasadas elecciones regionales y locales del país.
Tal vez ha llegado el momento de ampliar el alcance de la democracia en Colombia y para muchos, el impulso mundial de movilización social es ahora una gran oportunidad. Es necesario hacer frente a los miedos con que tradicionalmente se gobierna y continuar desmitificando los discursos con que se han puesto de lado los verdaderos problemas. Por lo tanto, el ejercicio de la ciudadanía debe ir más allá de los momentos electorales y mostrar su poderío en las calles, donde realmente toma lugar la vida cotidiana, para demostrar el descontento por las malas condiciones laborales, pensionales y educativas, por el abuso de los recursos naturales y el medio ambiente, por el desfinanciamiento de la agenda social, por la corrupción, por el exceso de fuerza de la fuerza pública, por los feminicidios y asesinatos de líderes sociales y mucho más.
Los problemas no se solucionan de un día para otro, pero un día hay que comenzar. De momento solo hay que esperar a lo que pase este #21N con el llamado nacional al día de paro en Colombia.
Referencias:
Aravena, S (2019). Cepal confirma alta concentración de la riqueza en Chile: el 1% más acaudalado es dueño del 26,5% del PIB. Recuperado de: https://www.latercera.com/pulso/noticia/chile-uno-los-paises-la-region-donde-mas-cayo-la-pobreza-2012-2017/485579/
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