LAS CIENCIAS, LAS MUJERES, LAS CIFRAS
- Williams Jiménez
- 16 jun 2020
- 4 Min. de lectura
No es casual que el primer ministro del nuevo ministerio de Ciencias sea de genero femenino. Tampoco que el idioma español puede ser excluyente y mucho menos que el mundo de la ciencia es más difícil para las mujeres que para los hombres, o al menos más desigual y, mucho menos casual que Colombia sea aún un país machista que moralmente y muy tibiamente trata de asumir, o apenas, acepta asumir una discusión sobre el papel de la mujer en todos los sectores, incluido el de las ciencias.
Tener una ministra de Ciencias puede ser un gran logro para el posicionamiento de la mujer en este sector, al menos nos hace soñar con que la desigualdad de genero disminuirá o que habrá alguien, en este caso la ministra, velando para que esta brecha se disminuya y que hayan más mujeres científicas, que obtengan los mismos y mejores salarios (si así lo merece cada científica) y que se garanticen practicas científicas que tengan en cuenta todos los roles que tienen que surtir las mujeres.
Y es que las cifras nos permiten ver el panorama de la desigualdad en el sector de las ciencias. Para el 2019, el último año de medición realizado por MINCIENCIAS, en Colombia hay 16.796 científicos, de los cuales 6.411 fueron mujeres (38.2%) y 10.385 hombres (61.8%). En cuanto al nivel de formación encontramos que, de las 1.206 estancias posdoctorales, el 29% fueron realizados por mujeres, que, de los 8.259 doctores del país, apenas el 37% fueron mujeres (3.095) y que, de los 6.175 científicos con maestría, el 41% fueron mujeres (2.573).
Así mismo si miramos la clasificación de los investigadores podemos ver que de los 53 investigadores eméritos, 30% fueron mujeres (16), de los 2.473 investigadores Senior el 29% fueron mujeres (714), de los 4.349 investigadores asociados el 38% fueron mujeres (1.651) y, de los 9.921 investigadores junior el 41% fueron mujeres (4.030).
Si nos detenemos a mirar esta distribución por departamentos, comparando la cantidad de mujeres científicas frente a hombres científicos, encontramos que los centros urbanos más grandes del país concentran en mayor cantidad esta desigualdad, por ejemplo, en Bogotá el 38.9% de los científicos son mujeres, en Antioquia el 37.1% y, en Valle del Cauca 36.6%. Sin embargo, en otras regiones con menor población, esta desigualdad cambia sustancialmente, por ejemplo, en Boyacá, Bolívar y Amazonas la proporción es un poco mas equilibrada con porcentajes que rondan por el 45% de mujeres científicas y, sólo en los departamentos de Casanare con el 53.8% de mujeres científicas y la Guajira con el 58.2% esta relación es favorable hacia el género femenino.

Fuente: Universidad de Ibagué, 2019
Ahora, si miramos esta distribución por campo de conocimiento científico encontramos que hay campos del saber mucho mas desiguales en cuanto el enfoque de género que otros. Por ejemplo, en las Ingenierías y Tecnologías apenas el 26% fueron mujeres, en humanidades este registro fue de 34%, en las Ciencias Naturales y en las Ciencias Agrícolas las mujeres representaron el 35% y en las Ciencias Sociales el 44%. Sólo en las Ciencias Médicas y de la Salud este porcentaje estuvo mas cercano a la igualdad, pues las mujeres representaron el 49% del total de sus científicos.
Las anteriores cifras sólo son un reflejo de la profunda desigualdad en el sector de las ciencias. Pero esta desigualdad no sólo debe medirse por estos indicadores, también hay que pensar en los roles que las mujeres deben ejercer al tiempo que son científicas. Muchas de las mujeres científicas son madres cabeza de hogar o esposas o cuidadoras de algún familiar y deben ejercer su rol a la par que preparan laboratorios, leen artículos, escriben artículos y además deben preparar clases para sus cientos de estudiantes.
Las cifras son contundentes y a pesar de que no pretendo decir de que un hombre o una mujer sea mejor científico, si quiero llamar la atención sobre la disparidad en el sector de la ciencia. Seguramente, si no hubiera factores como el machismo, no tendríamos un pasivo en la cantidad de investigadoras en el país. Tampoco quiero decir que más mujeres eleven la calidad o la cantidad científica e incluso que una mujer ministra lo haga mejor o menor que un hombre ministro. Lo que quiero decir es que hay que revisar las causas sociales y culturales que están detrás del bajo número de científicas en el país.
Y es que las mujeres, a mi parecer si le aportan elementos diferenciales a la ciencia. Mi caso personal no es mensurable, pero si pudiera discutirse. Mi carrera como investigador ha estado influenciado por mujeres. Daré algunos datos que constatan mi afirmación. Mis tres tesis (pregrado, maestría y doctorado) fueron dirigidas por mujeres. He participado en 5 proyectos de investigación, de los cuales 4 fueron liderados por mujeres; además he tenido tres jefes y todas han sido mujeres y, finalmente, he escrito 5 artículos en coautoría y, sólo en uno no hubo mujeres (debo aclarar que no ha sido planeado).
Para mí, en mi caso personal si marcó la diferencia el liderazgo femenino en mi formación como investigador. Las mujeres que fueron mis maestras en el mundo de la investigación sortearon sus desigualdades y se adaptaron en el mundo de las ciencias con sus herramientas, se hicieron a pulso con becas y de alguna manera u otra fueron pioneras en sus facultades, ya sea por sus méritos académicos, activismos políticos o por su constancia y dedicación.
Para mi han sido inspiración y, no sólo por su capacidad intelectual y por su desarrollo como científicas, sino por su calidad humana para enseñarme a investigar, por su preocupación para formar adecuadamente a futuros investigadores (no solo enseñando las metodologías). Claro, ustedes dirán que esto también lo puede hacer un hombre investigador y, que estas cualidades que señalo que tuvieron mis maestras pueden ser parte de un discurso también discriminatorio, pero quiero recordarles que es mi caso personal y que mi reflexión se basa solamente en mi fútil experiencia.
Quiero terminar mi escrito con la idea inicial. Una mujer como Ministra de Ciencias debe ser el germen de un sector ciencia mas igualitario, en el que más mujeres puedan participar y en el que podamos socavar ese constructo machista que aun impera en nuestra sociedad.
Comments